Buenas Tardes estimados lectores,
En esta ocasión, he de poner de manifiesto, mi punto de vista sobre el artículo de Susana Finquelievich denominado “De Salgari a Internet: Un ejercicio de prospectiva sobre la educación en la sociedad de la información”.
Para iniciar, creo pertinente establecer que a la autora le cuesta mucho trabajo el tener que hacer un estudio en prospectiva del desarrollo de la Sociedad de la Información, por eso recurre a los futuristas que han previsto como seria dicho futuro, es por ello que empieza su narración con Emilio Salgari (1) , el cual al parecer en su obra “Las Maravillas del 2000” (1906), establece como lo Ciencia y Tecnología producen adelantos que beneficiarían al hombre.
Pero el análisis que realiza la autora nos muestra que ese futuro no llega en el año previsto por Salgari, pues la globalización, el capitalismo y el neoliberalismo han hecho que la Ciencia y la Tecnología se desarrollen más rápidamente y de esto, solo puedo coincidir con la autora que “… las tecnologías que imaginamos no pertenecen al futuro, sino al presente. […] son parte del imperio inimaginable de las nuevas generaciones. Por esto, los ejercicios de prospectiva (ese mirar hacia delante, basándose en el pasado inmediato) sirven sólo como alertas para modificar el presente”(2).
Los Procesos Del Cambio
Por otra parte y basándose en la Teoría de Lemke (1993), la autora considera que “… es probablemente una equivocación imaginar que el modo de "progresar" es educar a cada generación de acuerdo a sus predecesores y sentarse a esperar que innoven radicalmente los sistemas de desarrollo” y continua diciendo que “…Este modelo sería más probablemente una receta perfecta para inhibir los cambios sociales y culturales. Por el contrario, alentar a niños y jóvenes a hacer lo bizarro, lo impensable, lo inmoral, aún lo imposible, según este pensador, probablemente sacudirá la estabilidad social, pero también puede producir individuaciones que la historia editará como cambios socioculturales fundamentales. Así ha ocurrido con la pintura impresionista, la arquitectura funcionalista, la Revolución Industrial del Siglo XIX, la revolución sexual de los 1960s, y la revolución informacional de la segunda mitad del siglo XX”.
Siguiendo esta lectura y visto desde este punto, he de observar que los antiguos sistemas de educación han perdido ventaja competitiva, pues la Tecnología ha permitido la aparición de nuevas formas y métodos de enseñanza, los cuales causan un cambio profundo, tanto en la sociedad como en las Instituciones educativas, rompiendo paradigmas, pero como observa la autora, estos “… cambios … en la educación, … , no pueden ser considerados sólo en sistemas nacionales o regionales: dependen de transformaciones globales”, es decir, las grandes potencias que están marcando los rumbos de las economías emergentes, deben ayudarlas para implantar las tecnologías y, con ello, alcanzar las transformaciones tan necesarias.
Educación En La Era Informacional
Con la aparición de los sistemas informáticos, la Educación sufre transformaciones importantes y empieza a depender de los cambios operados en los sistemas sociales, económicos y políticos, surgiendo así los siguientes factores que permiten el desarrollo: la inversión en Ciencia y Tecnología y su relación con la Educación, sus consecuencias en los desarrollos nacionales; enseñanza en línea: nuevas formas de enseñanza, nuevos saberes; los nuevos tipos de establecimientos e instituciones educativas que se desarrollan en el ciberespacio; escuelas tradicionales versus las formas innovadoras de educación en el ciberespacio, basadas en el intercambio y en la interactividad, además del uso de las herramientas de la Sociedad informacional; diferentes educaciones para las comunidades; y por último, el futuro de la educación en el ciberespacio.
Inversiones en CyT, educación y desarrollos nacionales
En este rubro, la autora nos señala la gran importancia que adquiere realizar Inversiones en torno a la Ciencia y la Tecnología y la relación existente entre la Educación y el desarrollo de las naciones, de tal forma que apunta “(…) En un escenario de diez años, siguiendo las tendencias actuales, es muy posible que la educación científica y tecnológica, (…), para todos, se haya convertido en una exigencia urgente en (…) países de América Latina y el Caribe”.
Luego entonces, destaca tres escenarios posibles:
1.- En los países que sigan una política de integración en el mercado mundial, se desarrollarán estrategias para producir bienes y servicios de y para la sociedad informacional. Su grado de productividad y de éxito en la venta de sus productos a nivel internacional, dependerá de las estrategias de CyT, y de la capacidad de desarrollar articulaciones productivas entre diferentes actores sociales: el Estado, las Universidades y centros de altos estudios, y las empresas. Los países que consigan un desarrollo científico y tecnológico equilibrado, que responda con la necesaria rapidez y flexibilidad a las demandas del mercado mundial, se verán integrados a la Sociedad de la Información.
2.- Los países que no implementen políticas nacionales con respecto a la CyT, incluyendo a la educación, como pasaporte a su integración a la Sociedad Informacional, ni le destinen una parte del presupuesto nacional, pero que permitan o alienten los desarrollos provinciales o regionales. Generarán polos de desarrollo que mitigarán el desempleo, atrayendo a industrias innovadoras, pero acentuarán los desequilibrios dentro de su nación y serán vulnerables a competencias internacionales.
3.- Los países que decidan no invertir en desarrollos científicos ni tecnológicos. A menos que posean fuentes de riquezas que le permitan adquirirlas “llave en mano”, y de políticas que aseguren una apropiación adecuada de los beneficios de CyT por parte de la población, la no-inversión los condena a la marginalidad económica, tecnológica y social. Sin proyecto de país, no existe un proyecto educativo nacional, y dicho sea de paso, esto no es un cuadro muy diferente al que presentan hoy muchos países de América Latina y el Caribe.
Enseñanza en línea: nuevas formas de enseñanza, nuevos saberes
Actualmente, los tipos de educación que se ofrecen a través de internet parecen infinitos. Todo indica una expansión casi ilimitada, pues si la tendencia continúa, pueden preverse carreras verdaderamente transdisciplinarias y transnacionales, en las que los estudiantes compongan carreras a la carta, con materias de diversas universidades de todo el mundo y como tutor algún académico destacado de un país con cultura y lenguaje similar al del estudiante.
Escuelas versus ciberespacio
En la actualidad, las políticas educativas, creo yo, no son compatibles con las necesidades de nuestra sociedad y de nuestro presente, mucho menos con las necesidades futuras de la emergente Sociedad de la Información.
Las Instituciones Educativas son instituciones multifuncionales: se basan en el concepto de que para adquirir una educación es necesario leer libros de texto elegidos por los docentes, o por la currícula oficial, y memorizar su contenido.
Sin embargo, en la Sociedad de la Información se está extendiendo el concepto de que los estudiantes aprenden por la acción, es decir por el intercambio de opiniones que tienen con sus docentes, sus compañeros, los especialistas en las materias que estudian, con técnicos, con usuarios, con actores sociales en general... y hasta con productos de la inteligencia artificial (AI).
La autora señala que la educación comienza a desarrollarse por caminos no tradicionales: el docente lee o muestra un texto, o bien ofrece una explicación, redacta un trabajo que se sube a un sitio web, exhibe un video mientras dialoga con los estudiantes. O los asiste mediante correo electrónico, foros de discusión, chats, tal y como se lleva en los actuales cursos virtuales. Los estudiantes continúan leyendo libros de texto y aprendiendo a procesar conocimientos a través de ellos, pero no se limitan a este medio, poseen otras fuentes de información como: Internet, cine, televisión, videos.
El futuro de la educación en el ciberespacio
El ciberespacio es el espacio de las posibilidades informáticas interactivas. Es una red que hace, a las computadoras que la integran y sus contenidos, accesible a los usuarios de cada una de las computadoras en red. No es un espacio de almacenamiento de datos: es un espacio de acción y de interacciones. En ella, se puede intercambiar información, reanudar relaciones personales, enseñar, aprender, comenzar romances u organizar una protesta, así de versátil es.
Es por ello que la autora nos dice que “… hemos llegado al momento histórico en que continuar con la planificación a largo plazo sobre la educación tal y como la conocemos, en establecimientos educativos como los actuales, ya no tiene mucho sentido”. Las nuevas investigaciones en educación se referirán a cómo los individuos y las comunidades se auto-educarán en el ciberespacio.
Y nos deja con varias interrogantes muy interesantes: ¿Qué es un docente en la era informacional? ¿Puede ser eventualmente reemplazado por un programa, o un robot? ¿Qué características deberían tener ese programa o robot, para desempeñar las funciones docentes? ¿O de auxiliares de docencia? ¿Qué rasgos de eso programas-docentes se deberían desarrollar para interactuar con los estudiantes? ¿Puede el aprendizaje ser diferente, mediante estas interacciones entre personas y programas informáticos?
Para terminar, reproduzco textualmente el último apartado de su artículo, pues lo considero de mucha importancia y, dicho sea de paso, concuerdo en su totalidad:
Visiones del futuro
Volvamos por un momento a Salgari: éste, en su afán prospectivo a un horizonte de un siglo, se había equivocado mucho más en la extrapolación tecnológica que en la social. No podemos culparlo: las sociedades son organismos más inertes que las tecnologías que ellas mismas producen. La tecnología de redes informáticas prefigura y posibilita las sociedades en red. Pero las redes sociales de la era digital están desarrollando una nueva sociedad movida por ideas, por conocimiento (Serra, 2000). Pero, señala Serra, la gran paradoja es que esta sociedad del conocimiento aún no ha generado un nuevo conocimiento: no hemos creado aún las nuevas escuelas, Universidades, centros de conocimiento innovadores, donde se enseñe a diseñar no sólo las nuevas estructuras económicas y sociales, sino los nuevos saberes y las formas innovadoras de enseñar y aprender.
En una visión de un futuro cercano posible, las ciencias sociales, y las ciencias exactas y las ingenierías que producen las transformaciones tecnológicas no estarán (tan) separadas: pueden conformar un nuevo tipo de matrimonio, que contribuya a la construcción de la nueva y verdadera Sociedad del Conocimiento.
Hasta la próxima.
Espero sus comentarios.
1 Emilio Salgari Escritor y periodista italiano. Escribió principalmente novelas de aventuras, ambientadas en los lugares más variados, como Malasia, el Mar Caribe, la selva india, el oeste de Estados Unidos e incluso los mares árticos. Creó personajes que alimentaron la imaginación de millones de lectores. Tal vez el más conocido de sus personajes sea el pirata Sandokán. En los países de habla hispana, su obra fue particularmente popular. Consultado en http://es.wikipedia.org/wiki/Emilio_Salgari.
2 Finquelievich, Susana. “De Salgari a Internet: Un ejercicio de prospectiva sobre la educación en la Sociedad Informacional” Revista de la OEI, extraído de http://www.links.org.ar/infoteca/jornanaeeducacion.pdf el 15/12/09.